Se avecina año electoral y la campaña se presenta muy reñida. La ciudadanía debe escoger entre los dos grandes males: el ultraconservador Bob Heller (cuya fotografía ilustra el término “fascista” en el diccionario) y el sonriente Senador Callahan (un lobo con piel de cordero). Ante semejante pareja de candidatos, Spider Jerusalem se lanza a cubrir la campaña con la acidez, la locura y la falta de escrúpulos que lo caracterizan. El resultado, naturalmente, es explosivo. Coincidiendo con el cambio de siglo, Warren Ellis y Darick Robertson dieron forma a una explosiva combinación de sátira, ciencia ficción y humor negro que cargaba contra la pasividad de una sociedad enferma. Transmetropolitan no tardó en convertirse en uno de los grandes hitos del sello Vertigo, cuya irreverencia e incitación al inconformismo se antojan más vigentes y necesarios que nunca.