“Cada día me siento más alejado del personaje que creé en mi juventud: Mark Twain, un fanfarrón de lengua viperina que vendería su alma al Diablo por un minuto de gloria.” En los últimos años de su carrera, Samuel Langhorne Clemens, conocido y admirado por miles de personas bajo otro nombre, reflexiona sobre su vida y su obra mientras viaja por el mundo. Su amistad con el genio financiero Henry H. Rogers, la relación con su esposa y su familia y la búsqueda de su última gran obra están siempre presentes.